Porter en el Metropólitan: Las batallas.
Era alrededor de las 9:00 p.m. del 9 de Agosto y el misticismo empezó a hacerse notar desde la entrada a las butacas del Metropólitan; en cada asiento, era una máscara haciendo alusión a la portada de las batallas las que aguardaban para ser usadas en el momento indicado.
Fotografías: Cristian Núñez.
Los espectadores, inspirados por la ansiedad de retomar lo que vivieron el año pasado en ese mismo teatro, gritaban y coreaban para dar inicio al evento. Fue entonces cuando la banda telonera, Señor Kino banda emergente de Hermosillo, nos deleitaba con energía y armonía con canciones como: Portal de colores, Elesdí y Mamón extendiendo su desenlace con un viaje de psicodelia y reverberaciones rítmicas que hicieran que cada segundo por la espera de Porter valiera la pena. Fue entonces cuando Karl, vocalista de Señor Kino, agradeció al fiel público y anunciaba la primera llamada de lo que sería la presentación oficial de “Las batallas”.
Fotografías: Cristian Núñez.
Al filo de las 10:00 p.m. el estruendo de un público que gritaba al unísono “Oe, oe ,oe ,oe ,oe Porter, Porter”, se convencía de su trabajo, al percibir que eran las luces las que se apagaban y anunciaban el inicio de un gran concierto. Fue entonces cuando, sin previo aviso, un presentador (al estilo de los mismísimos 80’s) apareció de la nada para pararse al centro del escenario:
“Electo espectador, ¿me ve?, ¿me oye?, esto es segunda llamada, segunda. Todos listos, todos preparados, el transistor está listo, yo… también. Yo… también.”
El público, desorientado comienza a chiflar, en espera de una reacción, cuando nuevamente el presentador retoma la palabra:
“...Y ya estamos listos, ¡Señoras y señores, quiero pedir un aplauso - suena canción retro - ¿A ver, quién está listo hoy?. Con ustedes, ¡los hombres máquina!. “
Fue entonces que el telón bajo la oscuridad, empieza a abrirse para escuchar el sonido futurista de “El hombre máquina”, donde eran los integrantes de Porter ( Diego Velazco, Victor Valverde, Fernando de la Huerta y Diego Rangel) vestidos de negro y tocando cada uno un pad (cual el video de la misma) los que generaban esos inigualables sonidos estrambóticos de dicha canción.
Era la voz de David Velazco: ¿Qué dice mi México querido?, la que daba turno para representar la parte fundamental del disco, utilizando la retórica de la libertad a través de las batallas con “Chesko” como segunda canción,
Era el momento de tratar la muerte, David comenta: Esta va por los que se adelantaron y están arriba, era el momento de que “Himno Eterno” se escuchara, era quizá para todos el momento de una reflexión colectiva sobre el sentido de nuestra vida.
Utilizando la retórica y la lógica, la conexión entre los que ya no están y nuestras raíces, fueron razones suficientes para que “Rincón Yucateco” sonará para dar inicio a la primera canción de la noche del Moctezuma, disco que, según los más frenéticos fans de Porter, superó las expectativas que tenían después de la ruptura con Juan Son. Al término casi inmediatamente de la misma, sonarían los cantos sacros de “¿Qué es el amor?”, haciendo enloquecer al público al ser una de las favoritas del público por su letra tan sencilla pero existencialista.
Fotografías: Cristian Núñez. Para muchos, la canción venidera, sería el clímax del concierto; era “Cuxillo”, canción que aunque no forma parte de Las Batallas, mostró una transición entre un disco y otro ideal para todo aquel que estaba preparado para el futurismo de las nuevas canciones. De manera seguida,sonaría “Bandera” canción clave para entender el concepto del disco, y haciendo un canto al unísono entre el público y la banda, generando un sentido de colectividad, que irónicamente busca originalmente la canción. Acto después, comienza “Konnichiwa”, “M Bosque” y la nostálgica pero querida “Cuando lloro”.
Fue así como parecía el inicio del concierto, haciendo que de manera inesperada, todos los miembros de la banda se fueran uno por uno sin explicación alguna. El público desconcertado y con ganas de más, empieza a gritar en demanda su regreso (unos otros, optaron por el confiable chiflido como réplica de su desaparición); hasta que de pronto vuelve el antagónico presentador de inicio para responder a las interrogantes de los espectadores:
“Este momento que vivimos, es un gran paso para la humanidad, es momento de que ustedes saquen las máscaras y se las pongan, vamos a prender las cámaras y no se olviden conectarse. Un aplauso para el regreso de…”
Un sonido de ambientación era al único sonido percibido, incitando al misterio de la velada, solo que ahora, el público en multitud eran uno sola cara, haciendo que cada máscara representara, junto al cuerpo cadavérico de ornamentaba el escenario de lado derecho, la portada de las batallas.
De repente, todo se tornaba oscuro, y el sonido de las palmadas junto a las luces resplandecientes (generando efectos estroboscópicos) dieran inicio a dos de las canciones más emblemáticas del disco pasado, “Palapa” y “Tzunami”, para después, junto a un efecto casi realista de un agujero negro justo arriba de la banda, se hiciera sonar la entrañable “Espiral”, canción que no podía faltar en el repertorio de la banda.
Al término, comenzaría la canción más popular de Las Batallas, era “Pájaros” sonando con todo su esplendor; dicha antesala le permitió a “La China” hacer su aparición”, haciendo que el público coreara con la piel chinita cual fuere el himno nacional (ya que con esta canción Porter buscaba enaltecer las raíces mexicanas) y como si eso no fuera suficiente “Huitzil” seguiría en el repertorio, haciendo reventar el teatro con el efecto de emotividad que carga dicha canción.
David indica el término aparente del concierto con un: “Muchas gracias por todo México”, dando inicio más bien al encore de la noche con “Arcade”, canción más futurista de Las Batallas (y quizá más surreal) y la explosiva “Para ya” (canción que da fin a Las Batallas).
El público leal y fiel que no podría pedir nada más, se fue complacido con la canción que enmarcaría al nuevo Porter (con David Velazco como vocalista) como un ícono mexicano y para criterios de mucho, una de las mejores bandas mexicanas de los últimos tiempos; era nada más y nada menos que “Murciélago”.
Fue así como Porter, dio lección una vez más, del talento que existe en nuestro país. Un Porter que nos sigue demostrando, que las buenas canciones nunca terminan si estas vienen de lo más intrínseco, de lo más visceral y de lo más universal como seres human Texto: Josué A. LO
