DOS PARA EL CAMINO: ÁCIDA Y OSCURA

El Foro Shakespeare se dió cita para la conferencia de prensa, del próximo estreno el 24 de febrero a la puesta en escena “Dos para el Camino”, bajo la dirección y producción del mexicano Adrián Vázquez que además es actor y dramaturgo, el cual cuenta con una trayectoria de más de 50 obras llega con esta “comedia oscura y ácida”, como lo citó durante el evento.

La historia se desarrolla en un tiempo indefinido que tiene entre 2 a 3 décadas atrás, sin embargo el tema del amor siempre cae en la actualidad, por medio de 4 personajes y los soliloquios de cada uno de ellos se entrelazan sus vidas y se funden en un amargo túnel que los orilla al abismo, para descubrir su propia maldad y bondad, tal como la dualidad entre el día y la noche.

En un escenario tipo “pasarela” la intensidad no se deja esperar y comienza desde los primeros minutos con un sutil impacto emocional que engloba una gama de contrastes, un estilo de humor negro, que permite te adentres levemente al tema del amor, la violencia, los silencios, los anhelos, la frustración, la realidad y fantasía de lo vivido, los sueños, la indecisión, la pérdida y el duelo, que hacen la combinación perfecta con un repertorio musical de tipo “clásico”, te lleva de la mano por una escenografía que representa la sensación del riesgo interno y una constante situación extrema de cada personaje.

Temperamentos peculiares como “testiculini”, “la psicóloga”, “la niña” y el “soñador” te invitan a un viaje de escisión en dónde puedes ser lo que no quieres ser comúnmente o bien lo que siempre has deseado ser, pero jamás te lo has permitido; “es una invitación a abrir esa herida y hurgar en ella” cita uno de los actores.

La obra te permite tocar lo profundo de la consciencia y ahí descubrir cuales son la intenciones de nuestros actos y demostrar que todos estamos motivados por las luces y las sombras que matizan nuestra personalidad. Es una voz colectiva que te incita a gritar.

¿Por qué verla? Sencillo, te atrapa en el instante en que te colocas en la butaca y observas entre las luces a 4 sombras estáticas que no entiendes si se conocen ó sólo están ahí para arrojarse al abismo sin temor a dónde podrán caer.