El Rey Molleja Hipnotiza la Casa Vans
- Explosión Visual
- 17 may 2022
- 3 Min. de lectura
¿Estoy en el cielo? Tal vez, si muriese iría directo al infierno por este maldito calor que hace, mala idea usar ropas negras y aun peor portar una chaqueta, poco a poco el calor se encierra en la pista que se une al escenario de House Of Vans, la gente empieza a llegar, fanáticos de la magia y la vibra psicodélica de King Gizzard And The Wizard Lizard.

Parce que esperan a que oscurezca, primero vamos por unas bebidas, con cada segundo que pasa va entrando más gente y más gente, es imposible estar de pie o sentarse. Por fin, las luces enfocan el escenario, The Americojones Experience han sido la opción correcta para abrir este show, una embestida al mero estilo blues rock, como si Ten Years After hubiese resucitado en una forma violentamente elegante, un alma perdida, una rata de ciudad grita al micrófono de una forma desgarradora pidiendo que destrocen el lugar, vaya desenfreno y que manera de conectar con el público, como un chute de heroína directo al torrente sanguíneo, eso sí es tener el diablo en la sangre.
La oscuridad hizo de las suyas y envolvió el escenario mientras los técnicos y parte de la banda probaba el audio, después de tremendo maratón de tres horas en el Frontón, los australianos buscaban seguir la fiesta, han pasado 4 años desde su última visita y tal vez por ello desean exprimir cada momento al máximo ahora que están aquí. Pese a que el show duró poco menos de tres horas, el intimo espacio de House Of Vans no decepcionó a los seguidores de King Gizzard, el show arrancó con una intensa y apabullante energía, “Head On/Pill” la encargada de abrir el set, con un Stu Mackenzie más prendido que una antorcha, el Hipnótico toque de flautas y armónicas me hace sentir que vivimos los años 60’s de nuevo, un mini Woodstock con outfits estrafalarios, cabellos largos y barbas, ¿Acaso vemos al Grand Funk de nuestra generación? Tratamos de seguirle el paso, solos de guitarra y otros instrumentos que revuelven las entrañas y dan hambre de algo mas que solo cerveza, nos vamos sirviendo bebidas espumosas con y sorbemos con cada rola que arrojan los australianos de Melbourne.
El misterio y los truenos cayeron al concreto co “Mistery Jack” y “The Lord Of Lightning”, para los que tienen un jardín deberían tener un “Garden Goblin”, “Straws in the Wind” paso a rellenar el set sin aire ni paja, “Anoxia” y “O.N.E” alargaron sus solos lo más posible con un público desenfrenado, “Automation”, “Rattlesnake” y “Self Immolate” repartieron dolor entre los que habían formado un slam, desde la comodidad de una silla nos atrincheramos pues el aire se acababa y el calor arrestaba la respiración. En un espacio Stu pidió que cantaran las mañanitas para uno de sus integrantes, tanto el Happy Birthday como las mañanitas sonaron, hubo pastel, el cual salió volando en mil pedazos hacia los asistentes y en una de esas hasta la mesa de audio, los últimos minutos del set fueron para “Organ Farmer” y “Am I i Heaven?” cierre perfecto que nos hizo cuestionarnos si estábamos en el cielo tras demoledor set que King Gizzard And The Wizard Lizard nos regaló en la casa de tus plimsolls (zapatillas de lona) favoritos. Todo gracias a Hipnosis y a Vans.
Una noche que refresco el ambiente pese a las altas y alarmantes temperaturas de la ciudad, que casi estoy seguro hizo que el Rey Molleja y el Hechicero Lagarto se sintieran como en casa… 📝José María Pérez
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