¡Sándwiches de Pan Blanco! Muérete Tú, Carrion Kids y El Pan Blanco

Un show de El Pan Blanco no sucede dos veces en la vida

(portada)

Han caído días de lluvia y el aire huele fresco, MonkeyBee Salas tuvo que cambiar el escenario de sus fechorías en vivo para hacerlo un poco más íntimo, al estilo casero tradicional, los nombres… Muérete Tú, Carrion Kids y El Pan Blanco, enriquecido con calcio y un vaso de leche para hacer tus huesos fuertes.

Poco a poco vamos entrando en ambiente, los chicos de Bad Duck raen unas cañas para mezclar con jugo, de inmediato hacen amistad con Max, un alemán que viene a divertirse, conocí a Chelo, viene desde Cancún, les ha ayudado a los chicos de MonkeyBee a montar el escenario, también Ángel un colega de Chelo, tenía diez años justos de no asistir a un show dentro de una sala en casa, aquellos años donde las drogas y el alcohol fluían como ríos de sangre han vuelto al parecer, hasta el clima es similar.

Compartimos toques, números y bromas, los tragos pasan de mano en mano, caña para los Bad Duck, cerveza para los demás, Max está buscando más caña, pero los Bad Duck le mencionan que aquí en San Pedro no se consigue “Estamos en la selva de freses” dicen el teutón de casi uno noventa. Miki anda en los controles, animando con música y afinando detalles, “ya tengo miedo” le digo al saber que el set de El Pan Blanco será algo mortal.

Los primeros en salir son un trio bastante joven, me llamo la atención su nombre, Muérete Tu, es una de esas declaraciones sutiles que lanzabas en la secundaria o prepa, a Ángel parece gustarle ese el sonido pop noise que Muérete Tu están lanzando, una especie de pop Nirvanezco con tintes a lo Yeah Yeah Yeahs, un suave acantilado de desamor, amor, sentimientos y noise con un set fugaz.

Si el Pan te fortalece los huesos, Carrion Kids te los rompe, su nueva alineación es la definición de peligro, Miki se convierte en una tormenta, de un lado al otro de la sala con el micrófono, cercano a los demás, de inmediato se desata el slam, los Bad Duck ya están sin playera, el suelo está lleno de cerveza, empujones y brincos por el piso de madera, resbalones de vez en cuando, una fiesta más que un concierto, la carroña putrefacta hace de las suyas y degenera el ambiente, un paso más hacia las delirantes ocurrencias de un personaje de caricatura, bueno, los Carrion son también personajes de caricatura cada uno, Miki con su vestido, Rojo y sus expresiones, Liz, Jasmina e Ivan con sus coloridos cabellos, la música solo es el factor que conecta con lo demás, y bueno, conectar un par de golpes del slam de vez en cuando también se vale.

El degenere llego a su máximo punto, un hechicero a los teclados, un chico alto en la batería y… un dibujo sacado de la mente más colorida en las voces, El Pan Blanco, con ritmos de twist y una energía imparable, es difícil seguirle el paso, debe ser un pez en el agua con todos esos personajes locos de Merry Melodies, una versión punk de la música que aprendes en el Kindregarden, sin duda un espectáculo peligroso, divertido y para toda la familia, una peluca morada hace el match perfecto, las drogas y el alcohol a estas alturas han disminuido sus efectos, el Roger Rabbit con peluca purpura estira sus letras para cansarnos, mañana tengo que trabajar y El Pan Blanco está logrando su cometido, se rifo tres encores a petición de todos, el maquillaje ya se le corría de los ojos, la peluca parecía no dar más, el delgado cuerpo del vocalista era más fuerte que el de todos los demás juntos, todos gritando junto al Pan Blanco “Al medico me ajusticie, le di un tiro en la cabeza” una bonita frase que inaugura el latente Verano de Odio con lluvia, mota, cervezas y mucha amistad de por medio junto a Muérete Tu, Carrion Kids y El Pan Blanco.

Al final no me pude quedar al DJ set de Miki Navajas pues ya era algo tarde, así que caminé a Av. Revolución a esperar el nochebus, el cual nunca esta cuando lo necesitas. Ahora… una elección difícil, para hacer sándwiches ¿qué prefieres? Pan integral, multigrano, linaza, centeno o… Pan Blanco, acompañe sus sándwiches con una cerveza fría y una botana.

📸y📝: José María Pérez